Remedios naturales del ayer

Por: Rosalys Marie Rivera Rodríguez

Mi entrevistada Doña Adriana Laboy es una mujer llena de grandes valores, digna de admirar, la cabeza de una gran familia, dispuesta hacer lo que fuese por los suyos, en fin, una persona carismática y especial. Una tarde fui al barrio Hato Puerco Arriba, Sector Camarones en Villalba para hablar con ella. Aprendí de todo desde, remedios para la piel hasta remedios curativos. A pesar de que ejerció como enfermera por treinta y dos años es fiel creyente de “las plantas milagrosas” como le llama ella. Me dijo: “¿Por qué tantas pastillas, si estas plantitas valen oro, son milagrosas?” Mi primera pregunta para ella fue: ““¿A qué edad tuvo su primera experiencia con las plantas medicinales”? Ella con mucho entusiasmo me contestó: “Desde chiquita, creo que desde los seis o siete años, mi abuela Demencia santiguaba y me enseñó mucho sobre ellas, lo que sé es porque ella me lo enseñó. Era una mujer con mucha sabiduría, si ella estuviese viva, ella si te contaría de todo. Del barrio iban muchos golpeados. Si se doblaban un tobillo o cualquier lesión en los huesos, ella les daba un sobo con aceite alcanforado con plantas medicinales y casi salían corriendo de la casa de mi abuela”, comenzó a reírse. Doña Adriana no fue comadrona pero trajo a su hermana más pequeña al mundo y para ese entonces todavía no era enfermera. Ella me dijo: “Para mí fue emocionante, creo que fue lo que me impulsó a estudiar enfermería además que quería sacar a mi hijos hacia adelante.” Luego le pregunté: “¿Cuántos niños trajiste al mundo? Como mi entrevistada siempre trabajó en sala de parto, riéndose me contestó: “Ay mija, perdí la cuenta”.

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Doña Adriana comenzó a enumerarme un sin número de plantas. La primera que mencionó fue reseda, con lo que ella preparaba en té para bajar la fiebre. Luego fue el carríaquillo que ella la describía como una planta hermosa que la utilizaban para decorar, pero tenía su función medicinal porque curaba catarros. “Decían las comadronas del barrio que antes de parir era bueno tomarse un tecesito de carríaquillo para hacer el parto mas ligerito y escupían al muchacho,” me dijo doña Adriana. “El carríaquillo también tiene otras funciones como curar alguna infección en los ojos hasta aliviar esos dolores tan horribles que nos da a las mujeres una vez al mes.” Contó que la salvia es buena para la circulación, también se utiliza para baños, para curar heridas profundas y además es buenísimo para los dolores de estómago. También me mencionó la planta de anamú que es muy buena para la acidez estomacal y un dato muy interesante que me contó doña Adriana es que también la están utilizando para la cura del cáncer. Esto me pareció magnífico, un remedio natural para curar una terrible enfermedad. Otro remedio para los dolores estomacales es el poleo que además se utiliza para el estreñimiento. Otra planta que la utilizaban para los dolores de estómago era la yerba mora que además la utilizaban para la culebrilla. Yo lo pregunté a mi entrevistada: ¿Qué es eso de culebrilla? Ella me explicó que es una culebra que al unir la punta de la cola con la cabeza podría ser mortal pero yo quise buscar más información sobre esto y me enteré que es un tipo de herpes llamado herpes zoster pero, realmente es una enfermedad causada por la varicela. Luego hablamos sobre la hoja de guanábana que es buena para los que padecen de los riñones y para el proceso de digestión. Otro remedio casero lo es el café que hervían y luego lo utilizaban como gotas para la conjuntivitis.

Doña Adriana también me habló sobre una planta llamada fuerza de sangre que se usaba para curar la alergia que le daban a las mujeres en el área del pezón cuando lactaban. La tuna es una especie de cactus que se utiliza para los dolores de artritis. Otra planta muy utilizada en el campo es la farfallota, que se utiliza para la inflamación de las amígdalas. Adriana me habló de un cataplasma que era una especie de mezcla de muchas plantas medicinales y algunas verduras y que su abuela hacia esto cuando iban personas con heridas profundas. Se les aplicaba en la herida como si fuera una crema .Estas hojas se mezclaban con aceite alcanforado para que cogiera consistencia y compactara. Luego de hacer todo esto decía unas palabras con mucha fe: “rataplán, plan, plan”. Doña Adriana, muerta de la risa, me dijo: “¿Qué raro verdad; estas son las cosas lindas la inocencia de mi abuela.” Para los dolores musculares utilizaba una pequeña semilla llamada emoca. Ésta la molían y se hacia un polvito. Luego lo mezclaban con un aceite para dar un sobo en el área afectada. La zorra de limón también es utilizada para los catarros. También me dio un remedio natural para adelgazar. Se trata del té de noni. El té de valeriana, jengibre, tilo y manzanilla son teses relajantes que ayudan para dormir. Ella me dio hasta remedios para el acné: la pulpa de la sábila se pela y se aplica en el rostro. El llantén se utiliza para los barritos en la cara y también se utiliza para tratar la conjuntivitis y curar heridas. Sobre el tema de la quemaduras, me dijo se ponen pasta dental y ella me dijo que eso no funciona que lo que si funciona es la sábila, la piel transparente de la cebolla y el llantén, “eso es lo mejor para la quemaduras,” me dijo.

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Le pregunté a mi entrevistada que si para su tiempo habían hospitales y me dijo que si habían clínicas pequeñas y sus servicios eran gratuitos pero no había un doctor en su pueblo. A esa clínica iba un doctor de otro pueblo. Allí recetaban y vacunaban. Las mujeres embarazadas se atendían en la unidad de salud pública. Allí ellas llevaban su tratamiento durante su embarazo. Tuve el privilegio de conseguir algunas recetas que ella utiliza y dice que le funcionan muy bien.

Para tratar el asma:

  • Sábila
  • Miel de abeja
  • Jengibre
  • Cebolla blanca
  • Limón
  • Canela
  • Aní de clavo
  • Ajo

Preparación:

  • Primero se mezcla en una licuadora la cebolla, ajo y sábila.
  • Luego se hierven las especias dulces (canela, aní, jengibre) con limón.
  • Mezclas todos los ingredientes y para finalizar le echas unas gotitas de miel de abeja para darle mejor gusto.

Propósito:

  • Va expectorando las secreciones de los bronquios hasta que los pulmones quedan limpios.

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Limoncillo

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Prenetraria

Para la piel:

  • Avena
  • Limón
  • Sábila
  • Miel de abeja

Preparación:

  • Primero coges la sábila y la pelas y echas en la licuadora.
  • Exprimes el limón para que la sábila coja una consistencia más líquida.
  • Cuando coja una consistencia líquida le viertes avena y miel.
  • La miel es para que la mascarilla compacte en el rostro.
  • Debes dejártelo puesto de 10 a 15 minutos.

Propósito:

  • Esta mascarilla es para limpiar la grasa del rostro (cutis) y dejarlo más suave y reluciente.

Para diabetes, problemas intestinales y para dormir

  • Albahaca molida
  • Agua
  • Azúcar o miel (opcional)

Preparación:

  • Hierves la albahaca en agua
  • Luego si quieres le puedes añadir azúcar o miel si es diabético debe tomárselo solito.

Propósito:

  • Ayuda a las personas con insomnio
  • Problemas con estreñimiento
  • Diabéticos

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Como pueden ver son recetas muy fáciles de preparar. Doña Adriana me dijo que el ingrediente secreto para todo esto es ponerle un poquito de fe a todo lo que hagas y todo saldrá muy bien.

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